IV

I

Me acerco cuando convergen nuestros silencios
y el brindis se mantiene al acecho.

Mientras tus cuchillos están manchados de nosotros
y mi sangre se seca, poco a poco.

Mientras se me caen los besos en tu boca
y espero lamerte hasta el estómago.


II

Me parto los morros por ti
y parto los relámpagos por tus polvos.


Mi felicidad va desde tu rubor a tus poemas,
orbitando alrededor de la realidad
que conocemos,
que truena y nos pincha.


El tiempo lo mata todo; hasta que no hay qué curar
y todo se vuelve migraña; hasta llegar a tus besos.


III

Compulso nuestro brindis y chocamos como las nubes.

Te espero en el oleaje y la tierra;
guardándonos el mejor lugar de la playa;
donde tu Luna empieza
y mi Marea termina.

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