VIII
I
Me inundas la nariz
con el olor indeleble de tu fuego;
y entonces,
me miras hasta el borde del alma.
Nace el dragón desde mi garganta,
vomito el fuego desde la punta de mi raíz;
desde el gulag de mi tristeza.
II
El plomo me trata a palos;
la cabeza me de latigazos,
por eso:
siento y analizo.
Por eso:
arranco
de raíz mis errores
III
Mis versos son difíciles de memorizar.
No obstante,
es fácil acordarse de ellos.
Temporero de tempestades,
llevo tus relámpagos en las fosas.
Respiro tu flujo
y reflexiono sobre un futuro difuminado,
pero marcado por tus labios.
IV
El día acaba en un infierno celestial;
tu clítoris es una masa húmeda y deliciosa
que arde
como mi deforme corazón de madera
y mi sangre enferma.
Me inundas la nariz
con el olor indeleble de tu fuego;
y entonces,
me miras hasta el borde del alma.
Nace el dragón desde mi garganta,
vomito el fuego desde la punta de mi raíz;
desde el gulag de mi tristeza.
II
El plomo me trata a palos;
la cabeza me de latigazos,
por eso:
siento y analizo.
Por eso:
arranco
de raíz mis errores
III
Mis versos son difíciles de memorizar.
No obstante,
es fácil acordarse de ellos.
Temporero de tempestades,
llevo tus relámpagos en las fosas.
Respiro tu flujo
y reflexiono sobre un futuro difuminado,
pero marcado por tus labios.
IV
El día acaba en un infierno celestial;
tu clítoris es una masa húmeda y deliciosa
que arde
como mi deforme corazón de madera
y mi sangre enferma.
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